Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

sábado, 16 de enero de 2016

Un fino hilo sostiene tu vida en cada golpe, y actuamos sin pensar hasta que el hilo se rompe.

Y, otra vez, choco con la realidad.
Ojalá fuera tan fácil como cerrar los ojos y contar hasta diez. Pero abro los ojos y duele. Al fin y al cabo la verdad hace daño.
Ya podrían ser el miedo y las dudas bonitos pero, joder, qué putada, son como un cuarto negro sin ventanas y muy poco aire. Y yo tengo un poco de claustrofobia.

Las dudas y el miedo me ahogan, me piden a gritos una salida que se resiste y esconde, una salida que me hace insistir en que todo irá mejor; fracaso y aún así no me rindo pero, sin recursos, acabo hundiéndome de nuevo. Haga lo que haga siempre acaba ocurriendo lo mismo.
Puede que hace tiempo solo decidiera colocar muros para que nadie notara mi inseguridad. Puede que tenga una gran coraza con carga eléctrica que me da calambres cada vez que alguien penetra en mis sentimientos más de la cuenta. Puede que a pesar de esos muros, esa coraza, a pesar de todo, yo siempre permita quedar al descubierto. Y es entonces cuando soy más frágil que una botella en el borde de una mesa, es entonces cuando me odio más que nunca por no poder ser la persona dura que intento ser con esos muros. 

El único sitio en el que verdaderamente me apetece estar últimamente es en mi habitación pero, llego aquí, y me siento como una cáscara vacía. Qué triste. Y, aún así, prefiero ser una estúpida cargada de sentimientos a una gilipollas que ni siquiera sabe todo lo que abarca esa palabra.

Al  final acabas dándote cuenta de que todo dependía de un hilo, un simple hilo que podía romper lo más eterno, que podía separarlo todo, trastornar todo lo existido. Pero claro, quién se iba a molestar en mantener un simple hilo, ¿no? Nadie le dio importancia al hilo, nadie se percató de su presencia, pero el hilo seguía ahí, el hilo no se iría.

Quizás Elena no siempre tenga la culpa de todo. Quizás Elena sí que se percató de ese hilo. O quizás no. Pero qué coño importa eso. Cuando el hilo se rompe, duele igual.

¿Lo que yo necesito importa? 

1 comentario:

  1. Me siento tan identificada con esto... tienes una hermosa manera de escribir.

    Hacia tiempo que no me pasaba, espero que estés bien te mando un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar