Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

viernes, 26 de diciembre de 2014

2:17

¿Qué puedes hacer cuando solo tienes ganas de romper a llorar y deshacerte de todo?

¿Tengo que seguir haciendo como que todo va bien para engañar a los demás y para engañarme a incluso a mí misma? Supongo que sí.

Hay algo peor que sentir dolor, y es fingir no sentirlo. Pero, ¿qué puedo hacer yo? 

Te voy a echar de menos, ojalá pudiera decírtelo.

"Ya verás como el "todo irá bien" no existe".

miércoles, 10 de diciembre de 2014

No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige.

Vives tropezando. Respiras, miras al cielo,
esperas y esperas.
Esperas. No sabes a qué ni a quién, pero esperas.
Y sigues...tropezándote.
Cabizbaja. Mirando de vez en cuando de reojo a tu alrededor, intentando seguir.
"Dramatizando". O eso dicen.
Viviendo deprisa, como si de esa forma el tiempo fuera a pasar más rápido.
Ahogándote en tus propios pensamientos, ahogándote con el aire rancio que se respira aquí dentro.
Ahogándote con las malas decisiones, esas que creías que ibas a saber tomar.
Ahogándote con los golpes que, en realidad, te los ganas tú sola.

Vives preguntándote tantas cosas a las que nadie responderá...
Vives encerrada en tu propia angustia,
esa que vas engordando ilimitadamente con todas las lágrimas que no derramas.

El frío no lo siento únicamente porque sea invierno y fuera estemos a 0º. 

"No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige".
Y ya está.

Quizás no soy un desastre, pero siempre me siento así.
Y da asco sentirse así.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

yo.

Escribir, escribir y escribir, llorar, gritar, dejar la risa y la mierda en este rinconcito que casi nadie conoce. Derramar todo lo que no se debe decir, inundarte de una calma que pocas veces se queda.
Aquí suelto toda la mierda que no soy capaz de soltar. Esta es la parte que no reconoce la gente. Porque la gente solo sabe ver a la Elena feliz que nunca para de sonreír. Tampoco se molestan en saber si esas sonrisas son sinceras o si simplemente trato de tapar un poco mi dolor con ellas.
Pero mi YO amargado, triste, pesimista..desde hace tiempo está aquí. Ese YO que a poca gente dejo conocer. Porque la mitad de las personas se asustarían de cómo soy realmente. Creo que no podrían aguantar a alguien como yo.
Pero luego están esas personas que con solo mirarme saben cómo estoy, personas que aún conociendo a ese YO, siguen a mi lado...y parece que no sé valorar nada pero sí que lo hago. Puedo sentirme orgullosa de al menos tener algo que merece la pena en mi vida. Ellos.
El problema es que hay veces que me encuentro tan sola...que se me olvida todas las personas que se encuentran a mi alrededor. 

Me paso los días pensando en lo mismo una y otra vez. 
Y quiero huir. Huir de mí misma. 

Cada día se me hace todo más difícil. Que mis dudas y miedos sean los mismos que hace un año no consuela mucho. No consuela nada...
No estoy hecha para pasar de las cosas. Y cómo me gustaría. 
Cómo me gustaría ser tan fuerte como aparento ser. 

Pero ahí estoy...pasándome los días llorando como una cría. 
Hasta yo misma pensaba que era más fuerte de lo que estoy siendo.

Qué asco de inconformismo. Qué asco de todo.
Bah.

Espero poder pagarme algún día el hecho de ser tan injusta conmigo misma.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Break, broke, broken.

Tengo ganas de llorar, de decir "no puedo más", de no seguir, y, a pesar de todo, mi cuerpo se sigue moviendo, aunque sea por inercia. Ni aunque supiera parar, pararía...

No sabía que mis lágrimas eran infinitas, no sabía que mis propios pensamientos podrían darme tanto asco.
"Puedo tomar mis propias decisiones". Ya. Y qué más.

Break, broke, broken.
Y ya no sé qué más poner.
Estoy tan rota que las palabras se me perdieron en algún resquicio. Y ya no las volví a encontrar.

"Tampoco puedo protegerte. Y ojalá pudiera".
Gracias.

sábado, 1 de noviembre de 2014

"Por muchos otoños juntos".





Gracias. Gracias por enseñarme tanto.
El mundo es un poco menos malo porque existes.
Felices diecisiete otoños, pequeño.
Te quiero.

martes, 28 de octubre de 2014

Pura mierda.

Me siento como si fuera un globo. Un globo que siempre está a punto de explotar porque tiene demasiado aire en su interior. De esos que sabes que, si lo tocas, puede reventar. O no.
Me siento como si fuera un globo. Y el aire de ese globo es como si fueran todas esas miles y aparentemente pequeñas cosas que poco a poco, han ido llenando ese globo. Se han ido acumulando hasta hacerlo más y más grande.

Y no sé cómo hacerlo explotar. No sé si desinflarlo poco a poco o reventarlo sin más. No sé qué hacer para dejar de sentirme tan frágil e indefensa como ese globo. Quiero dejar de sentir que voy a explotar en cualquier momento.
Supongo que para dejar de sentir que voy a explotar en cualquier momento tengo que controlar mis sentimientos. Controlar mis sentimientos para dejar de sentirme mal por cada cosa que hago. POR CADA COSA.

Simplemente a veces quisiera no sentir. Ser de piedra. 

Quiero dejar de pensar en cada paso que doy y que voy a dar. Quiero dejar de odiarme tanto a mí misma. Ese odio hacia mí misma que duele tanto. Que duele, pero no sé cómo hacer que desaparezca. A veces lo intento, intento que desaparezca, intento quererme un poco más, pero luego vuelvo al punto de partida y mis ganas de volver a intentarlo se van a la mierda.

Cansada. De mí. De todo.

No sé qué hacer con respecto a nada. Estoy tan perdida en todos los aspectos de mi vida que hasta asusta. 
Y nadie va a salvarme. Porque tengo que salvarme yo.

Me limito a perder mi tiempo escribiendo pura mierda por el simple placer de escribir pura mierda. 
Y desahogarse.

Qué tonta. Ya.

Al final siempre soy yo quien se rompe. 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Dieciocho.

"Wendy siempre será una niña, pero en el cuerpo de una gran persona.Nunca dejes que te saquen de Nunca Jamás, que nadie te quite tus  sueños".


                                     

martes, 14 de octubre de 2014

Me moriré de ganas de decirte.

Sola (me siento) y grande es la casa sin ti.

Ya no habrá ventanas ni puertas abiertas cuando hace frío,
ni llamadas a las tres de la mañana para que abra la puerta porque no tienes llaves.

Ya no habrá música (casi) veinticuatro horas del día,
ni nadie con quien escuchar música (casi) veinticuatro horas,
ni sudaderas que quitarte cuando no sé qué ponerme.
Porque ninguna me quita tanto el frío como cualquiera que pueda coger a escondidas de tu armario.

Ya no me enfadarás y a los diez minutos volverás a hacerme reír,
no habrá nadie en la habitación de al lado, a quien siempre acudir aunque sea para no hacer nada.
Ni podrás alegrarme el día sin ni siquiera saber que estaba siendo un mal día.

Ya no habrá nadie a quien mime mamá.
Ya no voy a ver a Nala tumbada cada mañana en la puerta de tu habitación, esperando poder entrar para dormir contigo. Incluso Amy echará de menor tener alguien que le haga enfadar.
Y yo también echaré de menos enfadarme. Qué cosas.

Ya no habrá nada de lo que hay ahora. Ya no vas a estar.
Todo cambia y me duele saber que no hay nada que pueda hacer.

Solo me queda acostumbrarme, Aunque el vacío se apodere de mí.

Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos....

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Hogar.

Hace unos meses parecía que estaba deseando que todo acabara y largarme de aquí. Pero al fin y al cabo, lo único que quería es que todo lo que parecía que acabaría conmigo y me dolía, acabase.
Pero no irme de aquí.  
Y quién que haya pisado esto, querría irse.

Recuerdo que el día que empezó todo, cómo quería que el mundo me tragase. 
Y, ahora...cuando me doy cuenta de que todo llega a su fin, desearía poder estar aquí todo el tiempo que quisiera, desearía no haber sido tan tonta de haber sentido eso.
Desearía poder repetir todos y cada uno de los momentos que he vivido aquí, todos los buenos y malos, todos los que han acabado cambiándome, para bien.


Tengo miedo.
Mi vida va a cambiar tanto que asusta; me abruma volver a empezar de cero.
Quién me iba a decir a mí que iba a echar de menos hasta subir esas escaleras tan infernales e interminables cada mañana, el rinconcito de siempre, o ver La Alhambra cada día. 
Llegar tarde todas las mañanas y tener que bajar una cuesta enorme corriendo para intentar llegar lo más pronto posible.
Ver cada día, a las 7:30, a la persona que lleva conmigo desde los 3 años. 
Y que me de el primer abrazo cálido del día, 
me saque la primera sonrisa.
Las guerras de agua en la fuente, sea verano o invierno, y más aún las guerras de rotuladores en las que siempre acababa perdiendo. 
Las canciones chorras a partir de las 9:15 y tres mesas juntas.
Los bollos con chocolate.
Morirme de frío en invierno y pelearnos en clase de Geografía para ver quién consigue sentarse antes más cerca del radiador.

Los abrazos.
Mis amigos.
La familia que he elegido.

Todas y cada una de las personas que he conocido aquí y que se han ganado un pedacito de mí... que me han marcado..

He vivido tantas cosas y he hecho otras mil que jamás habría pensado que haría...me llevo TANTO de aquí.
Me llevo tanto cariño que no me han dado con tantísima intensidad en ningún otro sitio nunca.

Y duele tanto tener que dejar tantas cosas atrás.

Supongo que para todos, ha sido un poquito como nuestra segunda casa. Para unos más que para otros, pero, para todos.


lunes, 28 de abril de 2014

casi-fin

Ahora que se acerca el mes que llevo tantos meses esperando, ahora que el final está tan cerca.
Ahora que Mayo ya está aquí....ahora es cuando más miedo tengo. Cuando peor me siento. ¿Y no debería ser al revés? ¿No debería estar FELIZ porque todo esto se acaba?

Supongo que ver que decidir mi futuro está tan cerca asusta. Y asusta más aún saber que mi futuro depende de unos "simples" dígitos discordes. Y asusta no saber si podré conseguir esos dígitos discordes. ¿Merecerá la pena tanto esfuerzo?

A veces parece que me gusta complicarme la vida.

Tengo tantas preguntas en la cabeza y tantas, tantísimas dudas...que creo que la que peor me hace sentir es pensar en la idea de que puedo equivocarme.
¿Y si me equivoco? ¿Y si no sirvo para eso? ¿Y si es un malgasto de tiempo y de dinero?

Decisiones.
Siempre me ha costado tomarlas.
Miedo.
Siempre lo he tenido.

Y luego está el echar de menos.
Todo.