Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

Que toda tu risa, le gane ese pulso al dolor...

viernes, 8 de febrero de 2013

I feel so bad today.

Quizás soy demasiado cobarde. Quizás no soy fuerte. Quizás debería confiar más en mí misma.
Me echo de menos. Me echo tantísimo de menos...
Ya no soy esa que llegaba siempre feliz a todos sitios, con ganas de hacer cosas y sacar sonrisas. Ya no soy esa que lloraba de la risa por cualquier tontería. No he dejado de sonreír, ni de llorar de la risa, ni de tener ilusión por hacer cosas, pero últimamente me siento alguien totalmente diferente.

¿Qué es para mí superar las cosas? ¿Guardármelas para mí misma, llorar hasta no poder más? ¿Para qué? ¿Para que después de soltarlo todo, esas cosas vuelvan a acumularse y mi única solución sea volver a llorar? ¿Por qué me cuesta tanto afrontar las cosas? Me gustaría tanto ser de otra forma...ser capaz de dejar atrás las cosas que me hacen daño. Capaz de tomar las decisiones correctas de una vez.

Estoy en ese punto en el que no diferencio quiénes me quieren de verdad y quiénes solo lo hacen por interés... y tengo miedo. Mucho miedo. Miedo a que las personas que quiero me acaben sacando de su vida como ya han hecho otras.

"Cada vez que alguien tiene que elegir en su vida, no soy yo quien se queda".
Duele.

Hay tantas cosas que quiero decir. Pero le cuento mis penas a una pantalla que me deja ciega.
Aún más.
Qué patética.

viernes, 1 de febrero de 2013

No hay nadie allá fuera.

Te levantas un día y te das cuenta de que no conoces a nadie, que las apariencias son mentiras inimaginables y que las personas cada vez se parecen menos a personas.
La raza humana esta destruyendo el planeta. La raza humana se ha destruido a sí misma...
No muestras tus sentimientos, porque careces de ellos. Hablas de amor sin saber qué es un abrazo. Crees vivir feliz y tu vida se basa en una mentira. No vives, te dejas llevar por algo que ni tú conoces. Probablemente tampoco tú sepas quién eres.

Y te levantas un día y quien valía la pena, de repente deja de valerla. Y quien creías que nunca te fallaría, lo hace. Y vas empezando a pensar si todo lo que te rodea es pura farsa, un mero teatro en el que tú eres el protagonista y eso... eso te da mucho miedo.